Cada uno de nosotros estamos compuestos por energía. Una parte de esta energía forma parte del Alma y de su “personalidad”.
Cada Alma tiene un sistema de programas energéticos que conforman la personalidad de cada uno, esa personalidad ha sido llamada “misión de vida”. En realidad no es nada que “tengamos” que hacer para satisfacer el llamado de nuestra Alma, si no más bien es llevar nuestra personalidad Álmica a la mesa cada vez que queremos tomar una decisión por más pequeña e insignificante que parezca.
La personalidad energética que posees la irás descubriendo conforme vayas tomando más y más decisiones. Cuando una decisión fue forzada y las cosas no salieron bien, ten por seguro que esa decisión fue tomada con el ego.
Las acciones que emprendemos pueden estar guiadas por un amor más grande o por tu cabeza y tus programas. Generalmente accionamos desde el segundo punto, el ego. Para poder identificar desde que mente estoy tomando decisiones debes conocer muy bien ambas partes.
El ego grita y es muy revoltoso, te da millón de explicaciones por que deberías de tomar acción. En cambio el Alma susurra, no te da explicaciones y generalmente son decisiones que nos incomodan demasiado, están fuera de nuestra zona de confort.
El Alma es muy persistente y el deseo permanece presente durante años hasta que decidas hacerle caso. Cuando accionas desde los deseos de tu Alma toda la abundancia del Universo viene a ti para satisfacer esa necesidad y para quedarse.
Les daré un ejemplo: Mi personalidad Álmica tiene todo que ver con orden divino, belleza y funcionalidad. Todas las decisiones que yo tome ignorando mi personalidad energética estarán en discordancia y siempre faltará algo. Cuando tomo decisiones basadas en estás normas todo fluye y sale mejor de lo que se esperaba, la abundancia siempre está presente.
Por ende si en tu vida hay escasez de cualquier tipo; ya sea en la salud, en el amor o en lo económico se debe a que las desiciones que has tomado no están en congruencia con tu Alma.
Cuándo estés a punto de tomar una decisión detente un momento y pregúntate: ¿Estoy tomando esta decisión desde mi Alma o desde mi ego? Si decides tomar acción (y recuerda que puede ser cualquier cosa por más insignificante que parezca) Observa lo que sucede a continuación: ¿Hay abundancia en consecuencia? ¿Hay felicidad, paz y certeza? ¿La decisión te dio más confianza?…
Observa tus resultados y si las cosas no salieron como esperabas hay que hacer cambios escuchando a tu corazón. A través de la práctica podrás identificar tu personalidad Álmica.
Incluso las decisiones que pueden parecer las más serviciales y benévolas pueden estar en discongruencia con tu personalidad energética. A través de la práctica podrás identificar tu energía y tu lugar aquí en el mundo.
Bendiciones,
Altay.